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¿Cómo medir la huella de carbono minera y optimizarla con flotas eléctricas?

En la actualidad, la huella de carbono minera se ha convertido en un indicador crítico para evaluar el desempeño ambiental de las operaciones extractivas. Más allá de los compromisos con la sostenibilidad, los inversionistas, reguladores y mercados internacionales están exigiendo datos concretos y verificables sobre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En este contexto, el uso de flotas eléctricas se presenta no solo como una solución tecnológica, sino como una variable capaz de transformar la estrategia de carbono de una empresa minera. Si estás considerando esta transición, te puede interesar revisar cómo planificar la incorporación de flotas eléctricas en minería.

¿Qué es la huella de carbono minera y cómo se mide?

La huella de carbono minera representa la cantidad total de emisiones de CO₂ y otros GEI generados directa o indirectamente por una operación minera. Medirla correctamente es el primer paso para gestionarla. Este proceso requiere aplicar metodologías internacionalmente reconocidas, que permiten cuantificar las emisiones según parámetros operativos reales y clasificarlas en tres alcances principales:

  • Alcance 1: Emisiones directas de fuentes controladas por la empresa (como el uso de diésel en camiones).

  • Alcance 2: Emisiones indirectas por consumo de electricidad.

  • Alcance 3: Emisiones indirectas en la cadena de valor (como transporte de insumos o disposición de residuos).

Es fundamental que las mineras registren y categoricen correctamente sus fuentes emisoras para identificar áreas de mejora y establecer metas realistas de reducción.

Comparativa de huella de carbono minera: diésel vs flotas eléctricas

Uno de los mayores contribuyentes a las emisiones del Alcance 1 en minería es el consumo de diésel en equipos de transporte. Aquí es donde las flotas eléctricas entran como una alternativa con beneficios medibles.

Un camión minero convencional puede emitir entre 2.000 y 3.000 toneladas de CO₂ al año. Sustituirlo por un equivalente eléctrico puede reducir esas emisiones a cero en el punto de uso, dependiendo de la fuente de la electricidad. Incluso si se usa energía proveniente de una red mixta, la reducción puede llegar al 60–80% por unidad operativa.

Esta comparación no solo se refleja en los reportes de sostenibilidad, sino también en los inventarios anuales de emisiones que muchas compañías deben presentar a autoridades ambientales y agencias de inversión ESG. Este punto está directamente relacionado con el creciente interés por iniciativas que combinan electrificación con atracción de capital, como se detalla en el artículo sobre cómo la electrificación minera impulsa la inversión extranjera.

Herramientas para evaluar el impacto de la electrificación

Para demostrar la efectividad de una estrategia de electrificación, es necesario modelar escenarios con herramientas como:

  • GHG Protocol: Project Quantification Standard, que permite evaluar reducciones específicas por proyecto.

  • Carbon Footprint Calculator (CFP): utilizado para estimaciones rápidas de equipos y vehículos.

  • Mediciones en campo con sensores IoT, integrados a plataformas de gestión operativa, que ofrecen datos en tiempo real de consumo energético y emisiones evitadas.

Estas herramientas permiten comparar escenarios antes y después de implementar flotas eléctricas, y proyectar ahorros de emisiones en planes multianuales.

Beneficios para inversionistas y cumplimiento normativo

La capacidad de medir y demostrar reducciones concretas en la huella de carbono minera representa una ventaja competitiva creciente. Los proyectos con estrategias claras de descarbonización:

  • Acceden con mayor facilidad a fondos con criterios ESG.

  • Obtienen mejores condiciones en licitaciones públicas.

  • Cumplen con las regulaciones climáticas emergentes, como el Carbon Border Adjustment Mechanism de la Unión Europea.

Más allá del cumplimiento, el valor reputacional y financiero de mostrar reducciones reales y verificables de emisiones posiciona a las mineras como actores clave en la transición energética global. De hecho, iniciativas como las promovidas por NewSteel han permitido alcanzar escenarios de cero emisiones contaminantes en minería gracias a la transformación eléctrica de sus operaciones.

Si tu empresa está evaluando cómo optimizar su desempeño ambiental, demostrar avances reales ante stakeholders o cumplir con exigencias normativas emergentes, el momento de actuar es ahora. En NewSteel te acompañamos con soluciones integrales para una minería más limpia, conectada y financieramente atractiva.
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